Un trabajo con sentido de decencia
No cabe duda que el trabajo es un recurso económico primordial e importante a estas alturas de la vida, además de ser un condicionante decisivo para la buena marcha de la empresa; sin embargo, muchas cuentan con una visión de trabajo que está basada, únicamente, en su dimensión económica.
Es por ello que en el trabajo humano existen también otras dimensiones valorativas de gran relevancia, entre ellas las de carácter ético y social. Una visión del trabajo no debería prescindir de tales dimensiones.
Según la Organización Internacional del Trabajo llama “trabajo decente” a algo que implica un conjunto de exigencias y justicia muy básica, es por tal motivo que todo trabajo tiene repercusiones éticas por ser una actividad humana que lleva consigo la dignidad, con una capacidad para mejorar a quien lo ejecuta. Por ello, ha de organizarse y realizarse para que sea una actividad con dignidad humana y contribuya a la realización y desarrollo personal del trabajador y favorezca a la buena imagen de la empresa.
La ética en el trabajo empieza a cobrar gran relevancia e importancia, a tal punto de convertirse en un tema que moviliza a la opinión pública que exige ser informada por los distintos medios de comunicación; fraudes, sobornos, privilegios, competencia desleal, entre otras más son las llamadas a ser erradicadas de las instituciones, tanto públicas como privadas para lograr una salud de trabajo óptima.
Según, Juan Somavía, en su primer informe como director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la Conferencia Internacional del Trabajo en 1999, afirmaba que “El trabajo decente es una reivindicación mundial con la que están confrontados los dirigentes políticos y de empresa de todo el mundo. Nuestro futuro común depende en gran parte de cómo hagamos frente a ese desafío”.
Es por ello que es importante generar un clima de trabajo apropiado para el buen desempeño laboral, asimismo, las ventajas de un trabajo decente, bien hecho y acorde con la ética laboral se puede regir en el incremento de la motivación para trabajar, una unión cultural, ayuda al mejoramiento de la empresa, evitando casos de corrupción y excesos que se generan en el trabajo.
No olvidemos que la imagen y reputación corporativa se ha convertido, en los últimos años, en una ventaja competitiva de las empresas, muchas de ellas se esfuerzan por vincularse con valores éticos y ganarse la confianza de los consumidores.