Estrategias empresariales para la continuidad de los negocios en tiempos de Covid 19
Docente de la Facultad de Ciencias Empresariales
La pandemia solo ha acelerado la llegada de un escenario que era inevitable. Hoy más que nunca creo, aplica muy bien la reflexión de sir Peter Drucker : “la mejor manera de asegurarte el futuro es creándolo”. Analicemos esta interesante reflexión.
Podríamos decir a la luz de lo indicado por este gurú, algo así como: …o te preparas para afrontar lo que se viene, o creas las condiciones apropiadas para que tu negocio camine de manera óptima en un escenario cuidadosamente acondicionado para tu éxito empresarial. Digamos que lo primero es reactivo y lo segundo proactivo. Ambos te pueden dar resultado, pero lo segundo realmente te coloca entre las empresas de alto desempeño y que lideran su industria.
El costo de apertrecharse para aguantar el golpe y salir vivo tiende a ser quizá menos alto que crear tu propio futuro, pero en el largo plazo es poco sostenible. Particularmente me inclino por hacer todo el esfuerzo posible para crear nuestro propio ecosistema organizacional que permita a nuestra empresa planificar midiendo pros y contras, impactos y consecuencias.
El crear tu propio futuro requiere de una habilidad cada vez más vital, ser visionario. Habilidad que siempre fue necesaria para quien desee llevar la delantera en su industria, pero hoy esta habilidad ya no solo es para los que quieren liderar, ¡es para todos! Hoy es imposible sobrevivir empresarialmente si no se es visionario. Los golpes cada vez son más rápidos y furiosos, por lo que nos permitiría suponer que prepararse para recibir el golpe y recién reaccionar, tendrá un límite. Hay que adelantarnos a los hechos. Muy difícil pero no imposible. Sería interesante investigar sobre el impacto de esta crisis, sanitaria, económica, política, jurídica, social … en las empresas como Amazon, Zoom, Google, Microsoft y otras tantas donde el ser visionario es moneda corriente y factor crítico de éxito. Seguramente nos encontraríamos que mientras para muchas empresas la crisis está significando el fin, para las mencionadas, está significando un nuevo comienzo, por cierto, un nuevo comienzo ya visionado hace algún tiempo.
En nuestra realidad, vemos como medida urgente y de sobrevivencia la reconversión empresarial, me parece muy bien, pero no debemos quedarnos allí ya que como indicamos, es de sobrevivencia y de corto plazo. Escucho comentar a algunos emprendedores que han tenido que dedicarse a cosas completamente distintas a las que hacían o sabían hacer no pudiendo vislumbrar su futuro empresarial en su rubro inicial. No saben si volverán a su añorada anterior actividad o dedicarse de lleno y con toda su fuerza a la nueva aventura para que deje de ser algo temporal y se convierta ya en su nueva realidad organizacional de aquí en adelante. Todo un dilema.
Creo que, sea como fuere, nuestros amigos emprendedores y empresarios deben entender que, si piensan en volver a su anterior actividad en algún momento, esta no será para nada la misma. El contexto en que vivimos se ha vuelto ahora “la nueva normalidad”, ya nada será igual. No sirve de nada quedarse añorando el pasado y anhelando esos tiempos. Ya son hoy, distintos y distantes.
Hay un dicho que me gusta utilizar, “si del cielo caen limones, limonada hay que hacer”. Requiere de una gran capacidad de adaptabilidad, de desprendimiento y de entender que nada bajo el cielo de Dios, dura para siempre. Así que, cuanto más rápido entendamos el contexto y sus características, más rápido tenderemos a la proactividad y no a la reactividad.
¿La receta? Liderazgo, liderazgo, liderazgo. Y con esto me refiero a mucha humildad, comunicación, empatía, resiliencia.
Una estrategia clave para afrontar proactivamente estos tiempos, es asumir un liderazgo participativo. Es vital que los que se precien de empresarios tengan un permanente acercamiento con su gente, en todos los niveles. La comunicación en tiempos de crisis es clave. Debemos tener permanentemente informados a nuestros colaboradores de cómo están las cosas en la empresa y hay que ser sinceros. No podemos dorar la píldora. Esto tendrá en la gente dos efectos: Algunos se alejarán de la empresa ante la inestabilidad buscando algo mejor y otros más asertivos y comprometidos, tratarán de sumar con todo su esfuerzo a su fuente de trabajo.
Es vital que el líder los haga partícipes de las decisiones de la empresa. Les aseguro que los colaboradores tienen mucho que decir y aportar. Ellos, por ejemplo, los vendedores, son los que le toman el pulso a la calle, conocen al detalle a los clientes, saben cuáles son sus expectativas, sus temores, sus necesidades y deseos en este y en cualquier contexto.
Es común ver que el gerente de la empresa ante una situación de presión, se ensimisme, cuando más bien debería tener la apertura suficiente para que todos puedan aportar. A veces es falta de humildad o poca confianza en su gente. Es cierto que en las crisis a veces sale lo peor de las personas, pero allí está la muñeca del líder para más bien, sacar lo mejor de ellos.
Los estímulos e impulsos que podamos recibir de fuera, como los incentivos de reactivación económica del gobierno están muy bien, pero de nada servirán si no sabemos gestionarlo adecuadamente. El mayor impulso debe venir de dentro de la empresa y eso está en nuestra gente.
Hoy es cuando se necesita, toda la creatividad, toda la innovación, todo el compromiso con lo que hacemos y estos solo vienen de las personas que nos acompañan en la aventura empresarial emprendida sin importar los años de existencia de la empresa. Hoy vemos empresas de todo calibre y antigüedad con una fragilidad y vulnerabilidad increíble. Hoy no hay dimensión o antigüedad de empresa que valga. Solo su mejor activo, la gente es lo que hará que pueda afrontar la nueva normalidad cuyas características serán a partir de ahora lo más común: compleja, volátil e impredecible … mejor, nos vamos acostumbrando.
Reunámonos con nuestra gente, expongámosle el problema, mostrémosle el panorama, preguntémosle qué harían ellos en estas circunstancias. Todo con total humildad y transparencia.
A la gente le gusta que la hagan partícipe de las decisiones. Les hace sentir que suman, que le importan a la empresa, que le tengan confianza y que valoren sus conocimientos y experiencia.
Leyendo un artículo, apreciaba un comentario de Jeff Bezos: “…sigo recordando las distintas ocasiones en las que escuchar a los empleados me permitió seguir creciendo en los estadios más tempranos de la compañía. Incluso cuando sus ideas parecían un poco aterradoras…”
Otro aspecto clave es revisar los procesos (todos) y analizar con minuciosidad y precisión quirúrgica donde se pueden hacer reajustes. Siempre hay espacios de mejora. Siempre con miras a reducir costos sin sacrificar la calidad. Siempre hay algo que se puede eliminar, tercerizar o compartir.
Busquemos alianzas con proveedores y por qué no con la competencia. Unamos esfuerzo, conocimiento, experiencia. Hagamos sinergia con negocios complementarios a los nuestros. Pero para todo ello se necesita liderazgo. ¿Están nuestros empresarios, gerentes, emprendedores, a la altura del líder que se necesita para una crisis (léase, oportunidad)? Si es necesario dar un paso atrás, pues démoslo, siempre y cuando esto signifique dar dos adelante.