Finanzas personales y empresariales: consejos para su gestión en época de crisis
El estado de emergencia que estamos viviendo, indudablemente, tanto en las personas y en las empresas, viene generando cambios en automático y demasiado rápidos; tal como lo afirmó Heráclito en su célebre frase “lo único permanente es el cambio”.
En este contexto, ¿cuál es la importancia de las finanzas personales y empresariales más aún en tiempo de crisis?
La directora de la Escuela de Contabilidad USAT, CPC. Maribel Carranza Torres nos cuenta un poco sobre las finanzas personales:
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Partamos por recordar aquel día domingo 15 de marzo. Es muy probable que muchos de nosotros habíamos planificado y disfrutado de un domingo familiar cargado de actividades que solíamos realizar y disfrutar, proyectándonos, inclusive, al próximo fin de semana con el mismo entusiasmo de ese día.
Nadie pensó, ni siquiera imaginó, que por la noche de ese inolvidable día, el presidente Martín Vizcarra emitiría un comunicado para todo el Perú, el cual, estipulaba, que entraríamos en un periodo de cuarentena. ¿Cuarentena? Sí, ¡cuarentena! Y era una medida sin excepción. ¿Todos? Sí, ¡absolutamente todos!
Muchas personas seguramente se preguntaron: ¿y la cuota del préstamo pendiente para este mes?, ¿el pago de la tarjeta de crédito?, ¿el boleto de viaje comprado?, ¿el alquiler de mi departamento? Múltiples preguntas que se convirtieron en un gran motivo de preocupación para ellas.
Es cierto que ante esta situación de emergencia, las finanzas personales de muchas personas y familias son escasas, limitadas y, hasta en ciertos casos, nulas. Además, cada uno de nosotros, hemos ido desarrollado comportamientos financieros diferentes, algunos conservadores, arriesgados, consumidores compulsivos, entre otros afines a las tendencias, últimas tecnologías, estilos de vidas y en base a una falta de planificación y control de nuestras finanzas.
Por ello, más aun en tiempos de crisis, necesitamos cambiar urgente nuestra forma de administrar nuestras finanzas personales y, para ello, debemos sincerarlas, determinar nuestros ingresos actuales y, sobre ello, priorizar en atender lo estrictamente necesario.
Algunas ideas por las que podemos empezar son: revisar los servicios de domicilio, por ejemplo, el cable, la televisión, las cuentas de Netflix, el plan de telefonía móvil y fija, reducir el consumo de alimentos como golosinas y licores, comprar alimentos de marca genérica, reducir y controlar el consumo de energía y agua. En síntesis, actividades que nos permitan organizar nuestros ingresos actuales en proporción a lo urgente y necesario.
“Optimizar nuestros recursos” y “Guardar pan para mayo”, estas frases nos serían muy útiles en este tiempo de crisis, en una época de incertidumbre. Por lo tanto, tenemos que procurar la racionalización y el mayor ahorro posible.
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¿Sucede lo mismo con las finanzas empresariales? El egresado de la Escuela de Contabilidad USAT y gerente general de Vistony, CPC Martín Chuquihuanga Jara, nos lo explica:
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Entender las circunstancias que vivimos conllevan a las empresas a ser racionales y austeros, a tener lo que necesitamos, entonces, se me vino a la mente, una frase que repetía en varios directorios: “en tiempo de crisis lo que más resalta son las ineficiencias”, lo que diría mi ex jefe “quita la grasa y quédate con la carne”.
El primer consejo es nombrar un comité de crisis, conformado por los gerentes de línea y directores. Luego, se puede elaborar un plan con objetivos a corto plazo, direccionados a la supervivencia de la empresa, así como desarrollar estrategias por área, las cuales, deben ser monitoreadas diariamente.
Durante todo este proceso, es muy importante la comunicación, por ello, es necesario que los gerentes de línea establezcan reuniones calendarizadas con sus jefes de unidad y, estos, con su equipo a mando. Asimismo, es recomendable, elaborar talleres para los colaboradores, pues cada uno de ellos debe estar potencializado y bien informado.
Financieramente el objetivo es claro: asegurar la liquidez necesaria. Proyectarse a escenarios en las diferentes modalidades (pesimista, moderada y optimista) es una decisión muy acertada, así como analizar el contexto actual, monitorear qué hace la competencia y observar cómo se puede incentivar la recaudación y cuánto sacrificar en la rentabilidad.
Esto me hace recordar una frase “la rentabilidad es luego, la caja es hoy” o como dirían los norteamericanos “cash is king”. Así, se pueden tomar otras decisiones como reestructurar las deudas, renegociar con los proveedores locales e internacionales, cuidar la relación a largo plazo y ajustar los costos fijos. Absolutamente todos.
Recuerda: el nivel de incertidumbre es alto, sin embargo, contar con un equipo comprometido y especializado hace que el riesgo esté coberturado.
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